martes, 26 de abril de 2011

LA DIVINA LEY DEL KARMA

Karma. Es una palabra sánscrita «antigua lengua de los Brahmanes», que quiere decir «acción o acto», concepto que incluye todo acto, pensamiento, sentimiento o palabra hablada, tanto el Hinduismo como el budismo, explican que el karma es una ley universal, de causa y efecto aplicable a toda las personas. En la Biblia se define ese concepto con la fraseología: «Todo lo que el hombre sembrare, eso mismo cosecharás» por tanto, esta ley en el mundo y en la vida de toda persona es inalterable y funciona de forma automática e imparcial, tanto si la conoce o no, si cree en ella o no, si pertenece alguna religión o no. Por eso se hace tan urgente y necesario conocerla y entender que así como existe en este plano físico o tercera dimensión, diferentes tipos de leyes que debemos cumplir, tribunales y jueces que se encargan de velar porque se cumplan las leyes y castigar al que las viole, también encontramos en la quinta dimensión de la naturaleza la aplicación de esta ley divina. En la quinta dimensión todo lo que pensamos se manifiesta. Instantáneamente, de manera que una persona que no tiene limpieza perfecta de alma y de pensamientos, crearía un caos total, para él y los demás. Entonces, estar aquí, haber estado aquí, es necesario para llevar a cabo toda esta limpieza de purificación, que se está recibiendo y está llegando a toda vida en el planeta, para llegar al destino final, que por ahora es la quinta dimensión, llegar con un alto grado de pureza a la dimensión de la manifestación inmediata. El tribunal de la justicia divina, encargado de administrar el karma y el dharma a la humanidad, e indicarnos a través de los mensajeros divinos, la línea de conducta que debemos observar para equilibrar nuestra balanza interior, así como los requisitos que debemos cumplir para alcanzar la realización o perfección, que es la razón fundamental por la cual nos encontramos en el planeta tierra. Todos en nuestra actual existencia, estamos recogiendo lo que sembramos en nuestras vidas anteriores y a la vez estamos sembrando lo que recogeremos en la próxima. De ahí las complejidades que encontramos en la vida, a las cuales muchas veces y de manera consciente no les encontramos sentido. Y por no conocer cómo funciona este concepto del Karma en nuestras vidas, por eso le llamamos cruel. Cuando la vida con justeza nos devuelve lo que por ley nos corresponde vivir. y es así como la humanidad en general, no podrá escapar de esta cadena de consecuencias, por esa razón es que casi nunca sabemos el por qué de nuestros sufrimientos y porque nos ocurren cosas extrañas aparentemente inexplicable. En ocasiones llega a esforzarte y a poner mucho empeño y dedicación en lo que respecta a tu vida personal con el propósito de evitarte calamidades, y cuando menos lo espera, estas dificultades que tú te esforzaste en evitar te están esperando, o sea la ley del Karma no tiene compasión con nadie, actúa de manera inmisericorde. Cuando una persona siembra desgracias, causando daño a los demás, de hecho eso mismo vendrá a recoger. Esta es la ley del karma.

Pero esta ley aunque actúa así no es arbitraria, por lo contrario es el resultado de todas las energías, mental, emocional que hemos puesto en circulación, conscientemente o de manera inconsciente, pero que hemos elegido en virtud de nuestro libre albedrío. Esta ley divina ajusta sabia e inteligentemente sus efectos a sus causas o a nuestro modo de actuar o accionar. Todo lo bueno o malo que hemos hecho en una vida, nos traerá consecuencias buenas o malas para ésta o próximas existencias. Por eso el refrán muy popular el «futuro se construye hoy». De acuerdo a nuestras obras, porque eso mismo será lo que recibamos. Y a este se agregan otros proverbios, también muy antiguos y populares: «el que siembra rayos, cosecha tempestades» «con la vara que mides serás medido», la conocida ley antigua «ojo por ojo y diente por diente» y «el que a hierro mata a hierro muere». La Ley del Karma como una ley divina gobierna todo lo creado, y es una ley inmodificable. Aquí cabría decirse que no valen las legislaciones ni los concilios. Esta se conoce en las religiones como" justicia celestial". Quien viola una ley crea dolor para sí mismo. En la Gnosis o, Conocimiento absoluto e intuitivo, especialmente de la divinidad, que pretendían alcanzar los gnósticos. La cual simbolizamos con una balanza. El platillo derecho corresponde a las buenas obras y se le denomina Dharma. El platillo izquierdo corresponde a las malas obras y se le llama Karma. A esta ley se le conoce también como ley de acción y consecuencia ó causa y efecto. La Ley del Karma nos controla y vigila a cada momento y por eso cualquier acto bueno o malo de nuestras vidas tiene sus consecuencias. Todo el mal que hagamos tenemos que pagarlo y todo el bien que hacemos nos será recompensado. Dios nos dio libre albedrío y podemos hacer lo que queramos, pero de todos nuestros actos tenemos que rendir cuentas ante la justicia divina (ley del Karma).

Como logramos despojarnos del Karma

Observar cuidadosamente donde ponemos los pies en nuestros pasos por la vida. Despojándonos de nuestras bajas pasiones, de egoísmo, envidia, resentimientos. Recurriendo al perdón interior. Haciendo acto de contrición, reconociendo nuestras faltas y errores, en vez de disculparnos así mismo. y aceptando como buenas y válidas las circunstancias por las cuales estamos atravesando, las cuales nos indican que debemos cambiar nuestro estilo de vida. Realizando las obras buenas que nuestra cotidianidad nos permitas realizar, sin esforzarnos muchos en llevarla a cabo, sino más bien aceptándola y actuando en las medidas de cómo se vallan presentando. Creando Dharmas que nos permitan transmutar el karma que arrastramos. De modo que en lo adelante comencemos a cultivar nuestro huerto interior de blancas y perfumadas flores, para que sean esas virtudes las que cosechemos, ya sea en esta vida.

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