domingo, 14 de noviembre de 2010

HISTORIA DE LA RENCARNACION PARTE 11

El blog de la liberacion de miedos y temores, no he posible que siga viviendo con esa pesada carga de temores en tu consciencia, liberate y comienza a ser libre nuevamente.



                      EL PODER POLITICO Y ECONOMICO DE ROMA  


      Dentro del Cristianismo este concepto ha sido muy mal interpretado, llegando hasta el punto de haber sido declarado anatema (herejía) en cierto momento histórico. por razones políticas cuando el Cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio Romano. Esto ocurrió a pesar de que el concepto de la Reencarnación se encontraba claramente en La Biblia y era profesado por algunos padres de la Iglesia. Afortunadamente, gracias a la investigación de muchos historiadores y al descubrimiento reciente de varios documentos históricos que revelaron nuevas perspectivas sobre los orígenes del Cristianismo, hoy sabemos cómo, cuándo y por qué ocurrió este aparente desacuerdo entre la Teología Cristiana oficial y la doctrina de la Reencarnación. Si la reencarnación era una idea en circulación entre los primeros Cristianos, ¿por qué ha desaparecido de la religión Cristiana tal y como la conocemos hoy?

Es difícil de creer pero quien proscribió el concepto de reencarnación del Cristianismo fue... ¡un emperador romano! Y lo hizo por propósitos muy mundanos.
En el cristianismo actual, es oficialmente rechazada la Ley divina de la reencarnación del espíritu. Más esto no siempre fue así. De hecho, en el tiempo de Jesús y los apóstoles, esta noción era ampliamente aceptada en el seno del pueblo de Israel. ¿De dónde salió entonces ese rechazo hacia esa ley divina de amor?
Obviamente, para tener una opinión más acabada acerca de la reencarnación desde el punto de vista bíblico, es indispensable tomar la Biblia... y comenzar a releerla, sin prejuicios y en busca de la verdad.
Desde tiempos remotos, en todas las culturas los seres humanos han tenido la intuición de la existencia de la reencarnación. Y los escritores bíblicos no fueron la excepción.
Documentos históricos nos muestran cómo el poder y la codicia del emperador romano Justiniano, atendiendo los caprichos de la frívola emperatriz Teodora, de dudosa moralidad -no confundirla con la santa católica del mismo nombre que vivió 2 siglos después- metieron en un auténtico dilema a los cristianos de buena fe.
                                            ¿Es la Reencarnación una Doctrina Oriental?
Aunque mucha gente así lo cree, en realidad se trata de una ley universal emanada de Dios y ese concepto está en el corazón y espíritu de la Humanidad desde el principio.
A continuación se explica y demuestra cómo desde los documentos más ancestrales recogidos en la Biblia como hoy la conocemos, se entregó desde antaño este conocimiento sublime y espiritual, solo que en forma de metáforas, porque los conceptos más elevados sólo así pudieron ser entregados y dado a conocer a la humanidad, en tiempos anteriores, como hiciera Jesús con Sus discípulos y aún así, no fue comprendido enteramente por ellos, porque la evolución del espíritu y la mente del hombre todavía no lo permitía. Dando lugar a que fuera mal comprendido por la masa ignorante y fanatizada, de aquellos tiempos, o tratando de evitar la persecución del Estado.
Transcurria  el año 543, de la presente Era,  y el emperador Justiniano, considerado como el ultimo y verdadero emperador Romano, el cual se encontraba decidido a tomar una extraordinaria decisión que afectaría seriamente al Cristianismo. Poniendo a los cristianos del futuro en un gravísimo problema. Justiniano ávido por ostentar el poder absoluto. Desde tiempos atrás, había decidido terminar de una vez y por toda con las independencias de las iglesias cristianas en el mundo antiguo, las cuales no se encontraban bajo el poder de Roma, dentro de estas iglesias independientes habían muchas que Pablo había evangelizado y para obtener sus propósitos políticos. Tarea que Justiniano tenía que terminar y que Constantino se había propuestos años antes. Ambos motivados con el propósito político de disminuir o minimizar el prestigio y la autoridad de quien en esa época era el más sabio de los teólogos Cristianos del siglo 3ro., nos referimos al teólogo Orígenes de Alejandría, y para ello, Justiniano convoco dos concilios en Bizancio, que era la Capital del Imperio Romano de Oriente. El primero de estos dos concilios fue convocado en el año 543, y el segundo 10 años después. El propósito secreto de dicho concilios. Era terminar de manera definitiva con la rebeldía de las iglesias cristianas que no pertenecían a Roma. Las cuales se rehusaban  acogerse a la máxima autoridad del despótico Emperador Romano. Aunque el pretexto oficial fue otro, el de deliberar sobre los tres capítulos de la iglesia disidentes consideradas por Justiniano como rebeldes, y que tenían  como máxima la autoridad moral del amado y respetado padre de la iglesia cristiana original.  Que nos permiten discutir  por un sólo instante las multiplicidades cuantitativas y la diversidad  cualitativa de los meritos que atesoraba para ser considerado como tal, nos referimos a Orígenes de Alejandría, quien para ese entonces era el más conspicuo y respetado padre de la iglesia verdadera. La mente más lúcida y preclara del Cristianismo original. Quien fue considerado por los grandes estudiosos  de los textos  Bíblicos, como el padre de la ciencia de la Iglesia. Para Gerónimo (canonizado como San Gerónimo) el afamado teólogo que tradujo la Biblia  la llamada Vulgata, Orígenes era el maestro más grande después de los apóstoles, llegando a compararse incluso con el Apóstol Pablo. San Gregorio de Niza  lo califico como «El príncipe de la erudición Cristiana del siglo 3ro.». Erasmo de Róterdam, quien sentó las bases doctrinales para la Biblia protestante, declaraba abiertamente que Orígenes fue quien abrió la fuente de la verdadera Teología.    
Justiniano no fue el primer Emperador Romano en intentar el control total del cristianismo, ya que antes que  él en el año 325, D.C., Flavio Valero Constantino, dictador absoluto  del Imperio Romano Oriental, ordenó la reunión de los líderes de las diversas facciones Cristianas de esa época, en el llamado Concilio de Nicea, buscando con ellos concentrar en Roma el control total y absoluto del cristianismo  que era uno de los pilares fundamentales en que se sustentaban los imperios de entonces. En los meses que precedieron a esta reunión, Constantino había ordenado el asesinato de su esposa Fausta y de su hijo Crispín. Y quien astutamente y ante el avance avasallador del Cristianismo potencializado por sus numerosos mártires, fieles y creyentes había simulado convertirse a la nueva religión valiéndose de un fenómeno meteorológico al que hizo pasar como milagro divino, ante la masas ignorantes, para asi derrotar a su principal oponente Maximirio. Aunque Constantino siguió siendo un pagano de corazón hasta su muerte, como ha sido comprobado por serios historiadores e investigadores Bíblicos.
      Constantino confirió a los líderes religiosos que se aliaran   con él, lanzar todo su poder imperial si lograban acordar un credo único, que a su vez lo apoyaran de manera incondicional. Las conclusiones a las cuales en este concilio,  llevaron a la fundación formal de la iglesia católica Romana que era parte del Estado Imperial Romano. Poco después se dictarían y corregirían los libros de la Biblia, sobre todo los del nuevo testamento, para acomodarlos a los intereses políticos del Concilio de Nicea y s los intereses de Constantino. Escritos fueron y vinieron, todos bajo la mirada observadora y escudriñadora de los intereses, económicos y políticos de Constantino y sus cómplices, que buscaban además afianzar  la unidad absoluta alrededor de Roma. Es cuando surge el dogma, la arbitraria y autoritaria imposición de un credo absoluto por encima de toda evidencia y verdad en su contra. Por siglo todos los papas  serian romanos y todas las creencias que entraron en conflictos con el nuevo credo dogmatico serian descartadas y aniquiladas  sin piedad. El papel que en todo esto juega Justiniano y su esposa Teodora serian definitivos para obtener este fin terrenal absoluto. Para ello Teodora había considerado indispensable prohibir la doctrina de la Reencarnación, creencia basada en los escritos teológico de orígenes, para lo cual convenció a su esposo Justiniano y ambos comenzaron a implementar un ambicioso e implacable proceso político, principalmente para esos creyentes con amplias  mayorías en las comunidades Cristianas, para finalmente desechar esa creencia. La cual le permitia manipular mejor a la masa. La historia muestra claramente que la decisión de descartar del Cristianismo  el concepto  de la reencarnación fue obra humana por los intereses mundanos y políticos de Justiniano y Teodora en sus propósitos de difamar y aniquilar la influencia que Orígenes había implantado en las comunidades Romana de la época. Así fue como Justiniano  ya mano a la obra y sin volver la vista atrás. Convoca el 2do. Concilio de Constantinopla, excluyendo los arzobispos rebeldes y solamente convocados los que por conveniencias o por miedos acatarían sin refutar las ordenes del emperador. De esta manera la sede del poder religioso  unificado estaría en Roma, pero la principal autoridad religiosa (El papa Virgilio 537-555), quien admiraba y seguía fielmente los análisis y la teorías de orígenes, al tenerse de la verdadera agenda del dictador Romano, aún así, y encontrándose en Constantinopla decidió no asistir a dicho Concilio y es Justiniano quien se ve en la inesperada necesidad de presidir la apertura  del concilio en ausencia del Papa en rebeldía. Enfurecido Justiniano encarcela a Virgilio, lo torturo y lo amenazo de muerte, pero aun así este se negó a aceptar las conclusiones de este concilio tan manipulado, aun a riesgo de su propia vida y finalmente el concilio, bajo el total control del Emperador y en la ausencia del Papa, elaboró una serie de anatemas; unos historiadores dicen que fueron 14 y otros que fueron 15, anatemas que fueron dirigidas intencionalmente en contra de las tres escuelas de pensamiento a las que calificaron como heréticas, cuyas creencias Justiniano veía como enemigas de sus intereses políticos y que tenían a Orígenes como su teólogo más respetado. Dichos documentos fueron conocidos, a partir de entonces como "Los Tres Capítulos". sólo estos documentos fueron presentados al Papa para su aprobación pero la reencarnación ni siquiera era mencionado en tales papeles.
Pero el poder de Justiniano fue más que suficiente para hacer que su decisión personal de proscribir la reencarnación del canon cristiano prevaleciera por encima de las creencias del mismo Papa.

El papa Virgilio finalmente tuvo que ceder cuando el General Belisario, ejecutor del masacre en el hipódromo de Constantinopla, donde en un solo día fueron muertos más de 30,000  hombres opositores al emperador y a su concilio, le dijo a Virgilio que el emperador Justiniano amenazaba con masacrar a todos los cristianos que no obedecieran los dictámenes del concilio, el papa Virgilio conocedor de que Justiniano era capaz de todo eso, se vio forzado a firmar las estaciones de las conclusiones del referido concilio, aunque seis años después se retractaría públicamente de ello, pero ya la suerte estaba echada. Se había llevado a cabo un golpe de estado contra la humanidad presente y futura, cuyo fin, apoderarse del poder absoluto y moral del cristianismo. La Doctrina de la reencarnación del espíritu, junto con la preexistencia del alma habían sido ya decretada como anatema, como un crimen merecedor de la excomunión y condenación, a pesar de incontables testimonios encontrados. 
Triunfo asi, la insistencia de Teodora La Emperatriz, quien en su ignorancia y simplesa dominaba a su impulsivo esposo.

¿Y porque necesitaba Teodora y Justiniano deseaban que fuera erradicada la doctrina de la reencarnación del Cristianismo?. Veamos: Estudiosos y eruditos opinan, que probablemente, se debió a que la creencia en multiples oportunidades para corregir yerros y completar tareas en otras vidas, le da a la gente el poder y la autoridad moral de decidir su propio destino, minando asi la autoridad de los poderes absoluto, políticos y religiosos. Al contrario de hacer creer a sus creyentes  que todas las imperfecciones  y faltas humanas deben resolverse y expiarse en una sola vida presente. Los Eralcas religiosos podrían ejercer un enorme poder moral sobre las multitudes ignorantes y temerosas al amenazarla con el fuego del infierno y la condenación eterna. Y ¿Por qué el papa Virgilio y un gran numero de las iglesias romana se opusieron tan decididamente a la prohibición de la reencarnación?, las poderosas razones que tuvieron para rechazar los postulados de los concilios antes mencionados, son aparentemente dos profecías mesiánicas. Primero: Voz de uno que clama en el desierto, aparejad el camino del señor, enderezad sus veredas. Isaías 40:3, He aquí yo envió a mi mensajero, el cual prepara el camino delante de mí. Y luego vendré a su templo, el señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto a quien deseáis vosotros. Y 2do. He aquí, yo envió a Elías el profeta, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible.
     Muchos Cristianos de buena fe, a quienes se le ha ocultado la doctrina de la reencarnación niegan de manera abierta que Elías el profeta sea la reencarnación en Juan el Bautista, y que Elías, hubiese llegado antes que el mesías, sin darse cuenta que al no haberse cumplido las profecías de Isaías y Malaquías , necesariamente significaría que Jesús no pudo haber sido el mesías esperado, así mismo sin darse cuenta, o no queriendo darse cuenta de esta incongruencia, los Cristianos modernos sin saberlos y obedeciendo ciegamente al mandato de un emperador romano y a los caprichos de una Emperatriz, se suman  a los creyentes de la religión judía, que hasta hoy día están esperando la llegada de Elías, para preparar la venida del mesías el Cristo profetizado.
    Al rechazar la posibilidad de la reencarnación, negando el espíritu de Elías en Juan el Bautista, se rechaza también, o debiera lógicamente de rechazarse, la revelación que el ángel de Dios le diera a Zacarías padre de Juan, Y se le apareció el ángel del señor a la derecha del altar del incienso, y se turbo sacaría y cayo temor sobre el, mas el ángel le dijo: Zacarías no tema, porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabeth te parirá un hijo,  y llevara por nombre Juan, porque será grande delante de Dios, y no beberás vino ni sidra, y será lleno del espiritusanto aun dentro del vientre de su madre. Porque el ira delante de el con el espíritu de Elías para aparejar al señor un pueblo apercibido, Lucas: 1:11 al 18.
      Veamos aquí, la descripción que la Biblia hace de ambos personajes, Elías de Tesbe y Juan el Bautista, primo hermano de Jesús, es contundente en su similitud, y ellos le respondieron; Un barón Belloso y ceñía sus lomos con un cinto de cuero. Entonces el (rey dijo: Elias thesbita es. 2do. De reyes 1:8.
Y Tenia Juan su vestido de pelo de camello y una cinta de cuero alrededor de sus lomos, y su comida era langosta y miel silvestre, Mateo 3:4. Marcos 1.6.
Al rechazar la reencarnación de Elías en Juan el Bautista, también los cristianos niegan y de igual manera  rechazan la autoridad del mismo Jesús quien dijo: Porque todos los profetas y la ley, hasta Juan profetizaron: Y si queréis  recibir, el es aquel Elías, que había de venir, mas os digo…. Que ya vino Elías y no le conocieron y ante hicieron en el todo lo que quisieron.
      Los hombres en la era actual siguen poniendo sus nombres por encima de las palabras divinas, y en su falsa perfección, y en su vana sabiduría se enfrentan a ese dilema, de seguir creyendo en lo dictado por un emperador romano, creyendo que son de origen divino, logrando con ello seguir sumido en la ignorancia obviando las enseñanzas de los profetas y del mismo Cristo. Por eso Pedro y los apóstoles dejaron esto bien en claro, cuando manifestaron; Es menester obedecer a Dios antes que a los hombres, Hechos: 5.29. Por eso siempre he creído en el Dios que hizo al hombre y no en el Dios que los hombres con su ignorancia se han inventado.
     Los detractores de la doctrina de la Reencarnación solamente hacen referencia a dos partes muy breve del nuevo testamento, ninguno de ellos proveniente de los labio del Maestro ni de los apóstoles: La primera, es la respuestas que Juan da a los sacerdotes Saduceos, cuando le interrogaron y le preguntaron: Que pues, eres tu Elías, y Juan dijo no soy, y Juan al responder de esa manera no mintió, dijo la verdad, el es Juan, no Elías, ahora si la pregunta hubiere sido, encarna tu el espíritu de Elías, usted puede estar completamente seguro que la respuesta hubiere sido otra. Pero no obstante, se lo manifiesta de manera literal, cuando le dice: Yo soy la voz que clama en el desierto, que era la misión de Elías.
      y haciendo referencia al párrafo anterior, relativo a estos dos personajes, Elías de Tesbe y Juan el Bautista, y siguiendo la profecías de Isaías; Y te será puesto un nombre nuevo, que la boca de Jehová nombrara, Isaías 62:2. Porque a diferencia de la resurrección donde el resucitado continua con su mismo nombre y su mismo cuerpo, al reencarnar el espíritu llega a un nuevo cuerpo por consecuencia con un nuevo nombre, una nueva personalidad, tal como el ángel del señor le explicara a Zacarías, quien lo comprendió perfectamente, ya que al nacer Juan lo bendice diciéndole: Y tu niño profeta del altísimo, será llamado “JUAN”, porque iras antes la faz del señor para aparejar sus caminos. Lucas: 1:16.
Otro versículo que citan los retratadores de la reencarnación y de antemano fuera de contexto está escrito en la epístola  a los hebreos;  veamos, de manera reflexiva y analística, «Y de la manera que está establecido a que los nombres mueran una sola vez y después el Juicio», hebreos 9:27.  Analicemos ahora, alpaso, sin premura y fanatismo y sin apasionamiento, ya que nuestro propósito es desenmascarar la mentira y conducirlo a la verdad, a través de su propio análisis e intuición;   Si se interpreta ese controvertido versículo, de Pablo literalmente, surge inmediatamente una pregunta: ¿Dónde están hoy día, todos lo que han sido resucitados?, como lázaro resucitado por el mismo Jesús, o como el hijo de la viuda de cedesta a quien Elías volvió a la vida o el hijo de la sumanita que el profeta Eliseo se dice que resucito. Si solo se muere una sola vez, como parece Pablo afirmar en esta carta a los hebreos. Cosa que los eruditos  bíblico refutan actualmente, ya que de ser así, esos resucitados deberían seguir vivos y estar entre nosotros puesto que ya se supone agotaron su única muerte, si solo se muere una sola vez es imposible que quienes fueron resucitados puedan morir de nuevo, y si estos resucitado estuvieran vivos posiblemente hoy estarían dando testimonio de ello, por eso es fácil comprender que esto no es así, sin que usted se tenga que romperse la cabeza dándole mente, porque es tan lógico, simple y sencillo comprenderlo.
Porque es controversial este pasaje de la carta a los hebreros, de hecho Martin Lutero y Calbino, negaron que Pablo hubieres sido quien la escribió, basándose en que los más respetados padres de la iglesia cristiana original, Tertuliano  y Origines; afirman el primero que Barnaba era quien la había escrito, no Pablo y Orígenes confesó que no sabía quien la había sido el autor, pero que si sabia en definitiva que no fue Pablo. Por eso ambos estudioso de los primeros siglos de la era del Cristianismo, indujeron la epístola a los hebreos a los escrito llamados Seudo Epígrafe, los cuales hoy se desconocen como apócrifos. Fue hasta el concilio de Trento que esta controvertida epístola fue atribuida falsamente a Pablo por cerrada votación  de obispos a quien Lutero califico de ignorantes y torpes.
En conclusión y después de todos lo antes expuestos. Lo que Justiniano hizo, fue forzar la aceptación de su decisión personal a lo que parece ser meramente una sesión de obispos que nunca fue realmente un concilio, ya que no contó ni con la presencia ni con la aprobación del Papa.
Como muchos políticos astutos, Justiniano se las ingenió para aparentar públicamente que contaba con el apoyo ecuménico para esa proscripción la que, repetimos, no estaba incluida en los papeles y acuerdos derivados de ese concilio.
Después de todo, ¿qué obispo podría haberse opuesto a él y rehusarse a seguir sus órdenes?
Es a partir de entonces que la noción de la reencarnación desapareció del pensamiento cristiano en Europa y muchos creen, todavía hasta el día de hoy, que la no aceptación de la reencarnación es un verdadero dogma inspirado.
¿Seguirá el cristianismo de hoy como el judaísmo de ayer y hoy, negando que regresara  Elías?
Y tú ¿también seguirás teniendo a Elías en nada?
Hoy debido a la natural evolución humana y al despertar mental que actualmente se está produciendo despertar que no es igual para todos dado que hay almas con más y con menos experiencias y evolución espiritual, aunque quizás la mayoría no acepten la  doctrina de la reencarnación por dogma, mientras que otra gran mayoría la acatarían por inspiración y no por dogma.
Me considero un libre pensador llevado por mi propia intuición interior y por el estudio de la Biblia y  cualquier otra teoría que me conduzcan a conocer la verdad, sobre la doctrina de la reencarnación, en especial la Biblia que en vez de desconocerla como afirman los cristianos la afirma, y entender además, que muchas veces nos damos cuenta que muchas de las cosas que hemos aprendido a través de los dogmas de la iglesia no son más que intereses creados en supuestos concilios. Que nunca contaron con aval fiable para hacerlo autentico.
Entonces usted se preguntara ¿Por qué la Iglesia se esfuerza tanto en desacreditar la reencarnación? El impacto psicológico de la reencarnación puede ser la mejor explicación. Una persona que cree en la reencarnación asume responsabilidad por su propia evolución espiritual a través del renacer de su conciencia critica. El o ella no necesitan sacerdotes, confesionarios o rituales para evitar la maldición (ideas estas que por cierto no son parte de las enseñanzas de Jesús). Esa persona necesita solamente ocuparse de sus propios actos hacia el mismo y hacia los demás. Creer en la reencarnación elimina el miedo al infierno eterno que la Iglesia usa para disciplinar a su rebaño. En otras palabras, la reencarnación directamente socava la autoridad y el poder de la dogmática Iglesia. No es de extrañar entonces que la reencarnación ponga a los Defensores de La Fe tan nerviosos. La Iglesia estaba defendiendo en ese acto extravagante la doctrina del cielo y del infierno y las penas eternas porque centraba más poder en sus manos. Y de esa forma la reencarnación fue proscrita en unos de los más graves equívocos cometidos por el Cristianismo.
En La Biblia existen suficientes referencias al fenómeno de la reencarnación las cuales permiten argumentar que el antiguo pueblo de Israel conocía el concepto e inclusive para algunas de sus sectas la reencarnación era parte esencial de sus creencias, especialmente en sectas como los Esenios y otras que practicaban la Cábala (Kabbalah).
Muchos de los Padres de la Iglesia Cristiana aceptaban la enseñanza del llamado Cristianismo Esotérico que defendía la verdad sobre la Reencarnación.
San Clemente de Alejandría (150-220). Llego a establecer: "No puse por escrito todo lo que pienso sobre la doctrina de la reencarnación; pues hay un cristianismo esotérico que no es para toda la gente."
."Diálogo con Trifo, Justino Mártir (100-165). "El Alma vive más de una vez en cuerpos humanos, pero no puede recordar sus experiencias anteriores

Considerado el Padre de la Ciencia de la Iglesia, Orígenes (185-254) sostenía: "La preexistencia del alma es inmaterial y por tanto sin principio ni fin de su existencia. Las predicciones de los evangelios no pueden haberse hecho con la intención de una interpretación literal. Hay un progreso constante hacia la perfección. Todos los espíritus fueron creados sin culpa y todos han de regresar, por fin, a su perfección original. La educación de las almas continúa en mundos sucesivos. El
alma frecuentemente encarna y experimenta la muerte. Los cuerpos son como vasos para el Alma, la cual gradualmente, vida tras vida debe ir llenándolos. Primero el vaso de barro, luego el de madera, después el de vidrio y por último los de plata y de oro."

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