sábado, 27 de noviembre de 2010

Las Religiones

                MISTICISMO DE LAS RELIGIONES
La palabra RELIGION— puede venir de los términos en latín  «Religo» que significa algo así como “regresar a la fe”. O de la palabra «Religare» que significa “Unir” o “volver a unir”. Las religiones establecidas son bastantes confusas. Aunque, podemos encontrar algunos paralelismos entre ellas. Las mayorías no enseñan a sus seguidores a realizar malas acciones, excepto las llamadas religiones abusadoras o satánicas. Ya que todas creen en un poder supremo. Aún cuando existen profundas diferencias en lo que entiendan por este poder supremo o Dios.


     Algunas religiones son vistas como muy alentadoras y otras por el contrario, instigadoras de la culpa, el miedo y el constreñimiento moral a sus afiliados.


      Algunas de ellas, aceptan  que Dios es un padre, benevolente, amoroso, misericordioso, mientras que otras, imponen a sus seguidores un concepto diferente, en el sentido que Dios es terrible, señor de guerra, vengativo, y que es capaz de enojarse por la maldad de los hombres y en consecuencia reaccionar en ira y causar grandes destrucciones y  grandes enfermedades.
      Otras entienden que los seres humanos somos pecadores, que debemos de arrepentirnos para poder escapar del infierno y del castigo eterno. Existiendo otras escuelas del pensamiento, que establecen  que el pecado, no es más que un error en el expediente espiritual de la persona.


     Las religiones como ciencia son buenas, porque todas tienen como principios la creencia en Dios y hacer el bien; malo es el hombre que se escuda en ella, muchas veces tratando de escapar de las mismas leyes de Dios, haciendo creer a los demás que están cumpliendo con la ley  y  que están buscando de Dios.  ¿De qué les pueden servir a los hombres las religiones si  no obedecen  sus enseñanzas?, porque con sus obras y la forma de actuar ante sus hermanos, niegan esas enseñanzas y esa búsqueda de Dios. Por esos las mayorías de estas religiones duermen un sueño de siglos de rutina y estancamiento, mientras la verdad permanece oculta.


     Por eso cada religión es una forma de entender la verdad, pero debiera ser, es mi opinión, la verdad absoluta y no a media o a su medida. Por eso de la diferencias abismarles que existen entre unas y otras, ¿Por qué?  Porque ninguna poseen esa verdad. Ya que hoy cada hombre cree conocer en toda su plenitud la verdad, y cada  religión dice poseerla. Por eso algunos hombres y mujeres, de los que se dicen llamar cristianos, huyen de sus   enseñanzas, y la acomodan a sus propios y mezquinos caprichos


      Las religiones pudiéramos decir que son simples veredas que conducen a los espíritus por el camino verdadero. O un medio por el cual ascender a Dios. Pero mientras se profesan distintas religiones es un signo manifestó de que permanecen dividas. Más, cuando llegue el día que se encuentren todas en el camino del amor y verdad se unirán, porque se habrán identificado con la luz única, porque solamente existe una verdad.


      El hombre al apartarse de las enseñanzas divinas, ha creado ideas, teorías, técnicas, religiones y doctrinas diversas, que lo han conducido a su mutua división, confundiéndose, atando el espíritu al materialismo, impidiéndole elevarse libremente. No obstante, el espíritu santo, ilumina a todos los hombres, indicándoles el sendero de la vida plena, donde sólo hay un guía que es la propia consciencia individual y única de cada hombre. Por eso es tan difícil encontrar en todas estas religiones la perfecta, porque en vez de amor, humildad, caridad y justicia, solo encontramos ritos, tradiciones del pasado y vanidades, mucho sufrimiento e ignorancia. Por eso la verdadera doctrina está libre de ritualismos. Ya que la verdadera santidad se encuentra anclara en nuestra conciencia, dentro de nuestro ser interior.


      En esta Nueva Era de la Espiritualidad, en la cual por la expansión de conciencia de la humanidad,  no es necesario recordar la comunión con la palabra  en la forma  en que Jesús la simbolizo «con el pan y el vino» hoy  el pan es la palabra y el vino es la esencia divina que se entrega al  hombre a través del espíritu santo. Por eso en esta nueva era, muchos mitos caerán de su pedestal, y esa palabra de espíritu a espíritu destruirá la tiniebla de la ignorancia.


      Lecciones ocultas saldrán a la luz, y nuevas enseñanzas serán del conocimiento de todos, muchos misterios serán claramente desvelados. Creados principalmente por las religiones  desconociéndose las unas a las otras, diciendo cada una  estar enseñando la verdadera doctrina.


     Los extraño de este asunto de las religiones, es que la mayoría de ellas, están de acuerdo en que existe un solo Dios verdadero, el cual debe como es lógico, estar irradiando a la humanidad una sola verdad, la que entendemos debe ser absoluta sin lugar a dudas, perfecta, inmutable y universal. A diferencia de los tiempos antiguos que se adoran muchos dioses a la vez. En consecuencia, si seguimos esta línea de pensamientos de las distintas religiones, llegamos a la conclusión de que el único Dios que existe debe ser el creador, en perfección de toda la existencia, y si de todos los hombres se excluyeran unos y se incluyeran otros de su plan divino, entonces ese Dios entraría en contradicción consigo mismo.  Por tanto las religiones incluyen un grupo de gente que conforma su congregación y dejan fuera al resto.


      Es por esta razón que las religiones por su propia naturaleza son excluyentes, aunque tengan como base la creencia de un único Dios, creador y  todo poderoso. Ningunas puede haber brotado de un Dios de perfección y al mismo tiempo inspirador de cada una de ellas, porque de ser así no permanecieran divididas.


       Por eso en todo el contenido de mi entrega anterior «En el Umbral del Camino hacia la Espiritualidad», he hecho énfasis profundo en que si queremos llegar a la perfección de nuestro ser interior, debemos decidir por nosotros mismos, no necesitamos muchas herramientas para lograrlo solamente oración y  meditación, al alcance de sabios e ignorantes. Así logramos evitar  abrazarnos a una religión que nos separe del resto de nuestros hermanos, a través de una enseñanza o doctrina falsa. De ahí  el vocablo «Doctrina» que viene  de la palabra griega “Didaskolos” que significa  enseñanza. Por tanto una doctrina es un conjunto de enseñanzas. Y la doctrina divina es precisamente eso, un conjunto de enseñanzas. Por lo que debe de tener  entonces los mismos atributos que Dios posee: debe ser perfecta, eterna, universal, inmutable e infinita. Y siendo infinita para explicar un sólo de estos atributos, ninguna religión o credo puede sostener ni demostrar de manera exitosa, que todas las ideas  de todos los conocimientos les ha sido entregado.


      De la misma forma que el sol brilla para todo, de esa misma forma la verdad divina es accesible también para todo, de la misma forma que puede alcanzar la salvación un genio de igual manera puede alcanzarla  un ignorante, para conocer la verdad divina no se necesitan grados académicos, ni estar todos los días detrás de mentores, curas, pastores ni gurús algunos.  


      La doctrina Divina, es como un manantial  de donde brota  incesantemente una corriente de agua viva y cristalina de sabiduría y conocimiento de dones espirituales, de abundancias y de bendiciones, y esto no tiene nada que ver con religiones, con filosofía, con ritos ni retiros ni nada de ritualismos y misticismos, es algo sencillamente natural, porque eso es en realidad lo que realmente somos, espíritus divinos encarnados en cuerpos físicos.


      Por eso muchas personas me ven como portavoz de una doctrina rara, razón por la cual en mi entrega anterior “En el umbral del camino hacia la Espiritualidad, es tenido el deseo de explicar lo que es verdadera fe, lo que es fanatismo, lo que es idolatría y en un temas posterior  en esta misma obra lo que es ateísmo. Y como es de lugar lo que es el espiritualismo, Trinitario Mariano, que viene a enseñarnos el culto perfecto hacia Dios, pues sus máximas ennoblecen y elevan, cuyas enseñanzas  desmaterializan  al espíritu, despojando a la materia de todo vicio y de todas prácticas superfluas e inútiles, innecesarias o ritualistas.


      El espiritualismo no es necesariamente una religión ni una doctrina  que conlleva un método, es simplemente una realidad, que está por encima de toda religión, cesta y sobre toda técnicas o teorías, su esencia es universal y por consecuencia no se apoya en ninguna teoría exterior, sino en una verdad espiritual, por eso es amplia e infinita, y todo aquel que la profesa y la sigue debe manifestarla y hacerla llegar con esa sencillez que le he propia, con esa humildad, pero también con amplitud para que llegue a los demás.
     
     La Espiritualidad no es una doctrina nueva, pero tampoco está anclada en el pasado, como la que actualmente llevan algunas religiones rutinariamente. La verdadera espiritualidad se enfoca en el presente sobre asuntos actuales que necesitan ser entendidos espiritualmente como son: la pobreza, la injusticia, la violencia en todo su orden, el suicidio, las enfermedades, las guerras y los daños ocasionados al medio ambiente.  


      Por eso siempre hago acopio de la oración y la meditación, capaz de obrar sobre todo esto, porque enfoca nuestro espíritu en cosas actuales relevantes, es una forma de mejorar


nuestro mundo interior, para resolver nuestro mundo externo, debido a que esto nos lleva  a la raíz, para buscar solución a todo estos, que nos diezma y se convierte en nuestra propia destrucción, por la carencia de amor hacia los demás y hacia lo creado y tantos otros que como humanidad padecemos. Es de esa carencia de donde surgen todos estos males. 


      Por medio de la espiritualidad se logra un grado de elevación, que permita al hombre concebir ideas que vayan más lejos de lo que puede su mente presentir. Y tener poderes sobre lo material.  Fuera de todo escepticismo. Si la elevación del espíritu se emplea  en el estudio de las cosas materiales, o sea lo que la naturaleza  nos presenta o de cualquier otro ideal humano, es lógico presentir lo que lograremos.
     
     Llevado por su falsa  grandeza  y poder cuantos hombres han sucumbido,  y cuantos desengaños han sufridos, porque todo lo apostaron a las realidades materiales, como si  el hoy fuera continuo y el mañana seguro, y hoy las realidades que no fueron capaces de preveer. Porque actuaron siempre de manera perversa  les ha conducido por  un camino que ni siquiera pudieron llegar a concebir.
     Que será de estos hombres  cuando su conciencia que es su juez los despiertes, y contemplen su obra, cuando tuvieron las oportunidades sobradas de hacer meritos de obras buenas. Su dolor será  intenso, su arrepentimiento grande.  Entonces  su única reacción seria buscar una senda espiritual  que venga a calmar su dolor, para llegar a espiar sus faltas. Será un tiempo de exaltación religiosa donde nace el fanático religioso, creado por el hombre mismo, que no fue capaz de controlar sus instintos materialistas, por eso cuando se abre a su propia conciencia critica, se considera lavado y sacado fuera de las inmundicias en la que había caído.  Y se convierte en lo que siempre debió ser su vida, si no hubiera perdido la razón de su propia espiritualidad y de la conciencia critica que es la misma voz del yo soy. Y reconocerá por templo al universo y por culto el amor a nuestros semejantes.


      Esas transformaciones que en estos días vemos que los hombres están realizando dentro de sus propias conciencias interiores, es la manifestación del espíritu de Dios manifestándose directamente al ser humano. Por eso el discípulo  espiritual debe buscar dentro de su propio ser la esencia de la obra divina, para que pueda descubrir la verdad y escuchar el mensaje de vida y salvación, entonces podemos ver que tan sencillo y fácil es encontrar y mantener esa comunicación con lo divino que otros  envuelven en el misticismo  y otros lo complican con sus misteriosas teologías.


      La comunicación por medio de la cual Dios se está manifestando al hombre en este tiempo es la comunicación de espíritu a espíritu, para que la verdad sea conocida, pero para conocer la esencia de esa verdad, es menester estar abierto a los demás mediante un solo lenguaje, una sola luz, una sola forma de comunicación  a través del amor verdadero, el rechazo a los demás nos aleja de esa comunicación espiritual con la divinidad. Por eso esta  forma de Dios manifestarse al hombre de estos tiempos  acercará a todos los seres y a todos los mundos, basta con estar preparados para entendernos unos a otros. En la misma forma que vayan transcurriendo los días en esta Nueva Era, en esa misma proporción se irán manifestando con más claridad los dones del espíritu, y dentro de los más escépticos e incrédulos surgirán testimonios de verdad  de cambios profundos en sus comportamientos que poco a poco les irán señalando el camino hacia la luz.


      En el tiempo que predicó Joel, cuando se refería a los tiempos venideros, que bíblicamente nos parecían tan lejanos y remotos,  son los tiempos actuales, los que a esta humanidad nos ha tocado el momento de vivir, verlo y parparlo, en que el hombre recibirá sobre el espíritu y la carne la presencia y el mensaje de Dios mismo. Aunque aún nos encontramos en el Umbral del Camino Hacia la  Espiritualidad verdadera. Y debiera ser nuestro propósito en el corto tiempo que nos queda por vivir, dejar este maravilloso legado a las futuras generaciones, para que nuestras obras produzcan buenos frutos y lleven alientos a los caminantes del mañana y no se constituyan en piedras con las que nosotros mismos tropezamos.      


       Cuando observo su escepticismo, el desdén y la apatía  manifestado por muchas personas en mi entrega anterior “En el Umbral del Camino hacia la espiritualidad”, quizás pensáis que solo en el seño del pueblo de Israel surgieron los enviados de Dios, los llamados profetas, mensajeros espirituales o iluminados, porque de ser así, se estaría negando a muchos otros envidados  para traer a la tierra mensajes de luz. De paz y de amor a muchos lugares y comarcas. Todo aquel  que a través del amor siembre en la humanidad el bien y lleve palabra de luz y de verdad debes considerarse un enviado de Dios. “Por eso” ¿Por qué¿desfallecer ante el escepticismo, el verdadero mensajero de Dios no se aparta del camino  que su intuición y su conciencia le ordenan recorrer, por eso, a esos emisarios los encontramos en todas partes, hasta en esos seres que hoy forman parte de nuestro entorno y  más aun dentro de nuestro propio núcleo familiar que humillamos y rechazamos.   El hombre verdadero, buscador de la verdad divina, y el hombre que  por amor a Dios y en pos de su propia salvación nunca jamás se desvía del sendero que debes recorrer, prefiere morir mil veces en el camino que retroceder. Porque su ejemplo es salvación para su alma y sus frutos semilla de luz en la vida de sus semejantes y sus obras ejemplo para lo que vienen detrás de él. Todo hombre o mujer que llevado por el espejismo de las ostentaciones y la vanidad y de una falsa perfección tuerce su senda desviando su mirada de aquella luz que lleva anclada dentro de su conciencia interior, no imagina el juicio que así mismo se está preparando. 


       Por eso vemos cada día personas que han tomado misiones que no les corresponden, ya que con sus errores y su falta de espiritualidad y magnanimidad lo que van por el camino es probando que carecen en lo absoluto de los dones necesarios para desempeñar el cargo que por sí mismo  han asumido.  Así podemos encontrar ministro de Dios que no lo son, porque no fueron enviados para ello, hombres que conducen pueblos y pretenden salvar almas  y que no son capaces  de conducir sus propios pasos ni buscar la salvación de sí mismo.  De igual manera maestros y seudos apóstoles. Que carecen de la virtud de enseñar  y que en vez de llevar luz a los demás lo que hacen es  turbar la mente de sus discípulos. Ignorando que la persona que verdaderamente posee ese don  debe ser considerado apóstol de Cristo.

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