domingo, 6 de febrero de 2011

Descubre Los Anti-Cristo en tu medio

El blog de la liberacion de miedos, no he posible que siga viviendo con esa pesada carga de temores en tu consciencia, liberate y comienza a ser libre nuevamente.


(Significado) Anticristo, Ser antagonista (diabólico) relacionándolo con la bestia y su número 666, así como con Satanás según el cristianismo. En el cristianismo, el anticristo sería el antagonista de Jesús. El uso de la palabra anticristo sólo aparece en las cartas del apóstol Juan, donde por un lado hace referencia a la manifestación, prevista para el fin de los tiempos, de un adversario decisivo de Cristo (1Jn 2:18) y, por otro, a la anticipación de esta manifestación en la acción de personas que han renegado del cristianismo o que se han cambiado a otra doctrina. (2Jn 1:7).
A lo largo de la historia se designó también el uso de la palabra a las personas que estaban en contra del cristianismo, entonces el anticristo podría ser cualquier persona que estuviese en contra del Mesías y lo que él representa. Bajo este razonamiento entendemos que a lo largo de la historia ha habido muchos anticristos y aquellos que no conjugan con la doctrina de Cristo.
Los Anticristos mencionados en la Biblia
Aunque se le asocia con numerosas menciones de enemigos de cierto tipo en los Evangelios, el Apocalipsis y las Cartas de Pablo, solamente en las Cartas de Juan se hace mención explícita de la palabra "anticristo". De hecho, aquí se hace en plural 1Jn 2:18.
"Queridos hijos, ésta es la hora final, y así como ustedes oyeron que el anticristo vendría, muchos son los anticristos que han surgido ya. Por eso nos damos cuenta de que ésta es la hora final".
Este tema se popularizó a mediados de los setenta, a partir de la película de La profecía (The Omen) estrenada en el año 1976.
Partiendo del razonamiento lógico entonces se toma como referencia Lucas 11:23, "El que no está conmigo, está contra mí;..."
En el libro Daniel se toma la primera referencia de la bestia(s) y a la forma en que el dragón escalará al poder; incluso habla de su blasfemia contra Dios (Dan 7:25).
En las Cartas de Pablo, éste se limita a dar las características que Juan da de los anticristos, pero sin usar esta palabra (2Tes 2:3,8).
Según las creencias cristianas el Anticristo aparecerá en la forma de un hombre controlado por Satanás, el enemigo supremo personal de Dios. Será la maldad encarnada en un hombre. Se le dan diversos nombres como el Hombre de Pecado, Hijo de la Perdición, la Bestia (según una equivalencia entre este personaje del Apocalipsis y el Anticristo), la Abominación Desoladora, etc.
Su aparición, según las explicaciones ad hoc del fundamentalismo cristiano, se deberá a diversos factores como un auge mundial sin precedentes en materia de ocultismo, decadencia en la moral y los valores. Posteriormente perseguirá a aquellos que hayan sido dejados atrás en el Arrebatamiento de la Iglesia y que reciban la salvación de Jesucristo, en un periodo llamado «La Gran Tribulación», que será igualmente de proporciones siniestras, y finalmente impondrá la Marca de la Bestia (el 666) (de nuevo, siguiendo el lenguaje simbólico del Apocalipsis). Algunos pasajes de la Biblia (véase Ezequiel) menciona a "Magog", zona ocupada por la Federación de Rusia como patria del posible anticristo, pero es una hipótesis pues podría tratarse tal vez de países aledaños, pero por parte de este libro bíblico se menciona a "el rey del norte".
Al final de su dominio en la Humanidad, el anticristo será derrotado por las fuerzas comandadas por Jesucristo, quienes lo lanzarán al lago de fuego.
Por otra parte, hay interpretaciones que no personifican al Anticristo, sino que lo identifican, basados en las palabras de Jesús en los Evangelios, solamente con muchos que se llamarán a sí mismos Mesías y salvadores, para San Juan en sus cartas, cualquiera puede ser un anticristo, siempre que su actitud (aún siendo cristiano confeso) vaya en contra de Cristo, lo cual cuadra perfectamente con el significado etimológico de la palabra Anticristo.
Concepto moderno del Anti-cristo.


Esas son las creencias que se nos han impuestos por las distintas religiones y sectas cristianas y todas esas afirmaciones muy científicas y todas esas creencias muy pueriles no son lo que pensamos realmente o que creemos. Sin más fundamentos que los que los hombres entienden. Si el  o los anti-Cristo es lo que niegan la doctrina de Jesús. Y todos sabemos que la única doctrina que Jesús predico fue el AMOR, cuyo lema fundamental fue «AMAO LOS UNOS A LOS OTROS»  es preciso entender que cualquier persona llámese cristiano, pagano, ateo, agnóstico, escéptico, que no saben amar ni han amado nunca, son anticristo. Anticristo son todos los que escudados en una creencia han masacrado a la humanidad por siglos. Los anticristos propiamente dichos no han existido ni existirán jamás. Los anticristos somos nosotros mismos si no nos proponemos mejorar nuestros comportamientos ante el mundo. Anti-Cristo somos todos los que persistimos en querer entender las simplezas de los simbolismos que hemos creados, diametralmente opuesto al amor divino, y nos apegamos a la literalidad de un libro que muchas veces por falta de capacidad mental para comprenderlo lo que nos hace es, cortar las alas del pensamiento lucido o que con nuestras bajas pasiones los enmarañamos para no entender ni J, de su contenido real, terminando anonadados, abatidos, trastornados y confuso. 


Dejemos de pensar tantos en la enredadera de nuestra pobre ciencias sociales, y dediquémonos a seguir los pasos del Cristo, y comencemos amar para nuestro auténtico mejoramiento material y para nuestra ascensión espiritual.


El mundo está lleno de anti-Cristo por generaciones. Los falsos Cristos han sido y siguen siendo la generalidad de nosotros mismos, que siempre nos ponemos de modelos y que nos pasamos la vida encumbrándonos como superiores de los demás y como grandes civilizados, como virtuosos y defensores del bien, pero actuamos de manera contraria y vivimos en el Apocalipsis sin darnos apena  cuenta de ello, porque nuestra ceguera mental nos impide toda comprensión espiritual. Muchos a los que llamamos excelentísimos, reverendísimos, santísimos, poderoso mentalistas, mártires y apóstoles del bien son anti-Cristo. Porque aunque anden vestido con trajes de azafrán no aman, porque no le gusta el amor del Cristo, sino sus pequeños amores que tienen sabor de sangre y olores de putrefacción.


Cristo, es, recuérdalo, te lo he definido muchas veces en otras entregas, es el Amor de Dios; luego, quien es contrario al Amor de Dios, es anti-Cristo; por eso muchos cristianos o que dicen llamarse cristianos que viven en los templos son estos anti-Cristos, que no aman a su prójimo a través del amor de Dios, del Cristo interno, El mundo está lleno de anti-Cristas. También lo he repetido muchas otras veces. Dios es lo que tú no puedes entender mientras tenga mente finita y mientras permanezca forrado de carne y huesos, ni debes desforzarte en analizar lo infinitito y lo misterios,  mientras, primero y ante que todo no aprenda Amar, a no ser que quieras volverte loco. Y cuando ya sepas Amar, no tendrás la pueril ocurrencia de analizar a Dios; de temerle, de temerle a Satán, de temerle a la muerte y sus suplicios, como son el infierno, el purgatorio o la condena eterna. Cuando aprenda Amar también te libera de tus miedos. Entonces gozarás de la felicidad buscada al sentir la divinidad dentro de ti como el Torrente Diamantino que te inunda de alegrías y poderes para tu actuar superior. Porque son también anti-Cristos lo que rechazan y humillan a su prójimos, también lo son lo que se escudan en una creencia y se creen perfecto sin un ápice de humildad, son anticristo los que niegan y les inhuvila del progreso de los demás, porque todo estos está en contra del amor que predico el maestro Jesús, El Cristo.


Es por esta razón que muchos niegan al Cristo y al negarlo se convierten etimológicamente hablando en anti-Cristo. En el cuerpo corpóreo de Jesús estaba impregnado el amor de Dios, que es el Cristo, por eso es de entenderse que  la palabra Cristo en su fonética original es una palabra prehistórica, por eso ante que Jesús apareciese ya el Cristo existía, por eso se convierten en anticristo lo que niegan el amor de Dios mismo, Por eso unos niegan al Cristo, otros se confunden y lo analizan con su pobre manera de pensar y de ser. Son muy pocos los que comprenden al Cristo palpitando en el Nazareno, pero no lo comprenden porque no saben amar, y de esa misma manera no conocen al Cristo al amor de Dios palpitando en el interior de cada hermano suyo, ni siquiera con el pequeño reflejo divino y natural con que una buena madre ama a su hijo. Quisiera explicártelo de manera que lo entiendas y no te confunda. Por ejemplo: El Cristo es el amor de Dios, que se irradio o se manifestó en el cuerpo corpóreo de Jesús el nazareno, pero ese Cristo no era Jesús ni tampoco era Dios, el amor de Dios es simbólicamente hablando, como el amor de madre con su hijo, el amor de madre es un sentimiento positivo, sublime, espiritual hacia el hijo amado, pero ese amor no es ni la madre y el hijo, es de ella, pero no es ella. Por tal razón al biblia reconoce a lo que están en contra del amor de Dios como anticristos, si fuera refiriéndose a los que rechazan la doctrina de Jesús debiera llamársele anti-Jesús, pero no es así. La biblia lo reconoce como anti-Cristo, los que actúan en contra del amor de Dios mismo, manifestado en Jesús. En ocasiones me resulta risible escuchar a muchos cristianos manifestando a los cuatro vientos que conocen a Jesús, y no se conocen  así mismo, porque no saben amar, porque no son corresponsales de manifestar a los demás ese gran amor cuyo legado nos dejos el nazareno y que está de igual manera dentro de nosotros mismos. El anticristo posiblemente no surja del mar como lo visualizo Juan, el anticristo está surgiendo del mar de nuestros corazones, de nuestra ignorancia, de nuestro fanatismo y del mar de nuestras propias maldades.


Amad a vuestros prójimos como a vuestros propios hijos y entonces comenzaremos a conocer a Jesús, si ama a nuestros hermanos lo comenzara a sentir y a reflejarlo, porque quien lo siente, ineludiblemente tiene que reflejarlo. Por tal razón la mayoría de la humanidad de todas las tribus y razas constantemente ha vivido buscando ese rayito de luz, de esperanza  que calme nuestras penas y ansias íntimas, porque en nuestra profunda angustia, nuestra conciencia tiene el recuerdo de nuestro creador, del Cristo, que es el amor de Dios en cada uno de nosotros que siempre ha estado con nosotros, que siempre no ha cesado de buscarnos, ese es el Cristo interno, nuestra divina presencia Yo Soy.


Es por esta razón que muchos niegan al Cristo y al negarlo se convierten etimológicamente hablando en anti-Cristo. En el cuerpo corpóreo de Jesús estaba impregnado el amor de Dios, que es el Cristo, por eso es de entenderse que  la palabra Cristo en su fonética original es una palabra prehistórica, por eso ante que Jesús apareciese ya el Cristo existía, por eso se convierten en anticristo lo que niegan el amor de Dios mismo, Por eso unos niegan al Cristo, otros se confunden y lo analizan con su pobre manera de pensar y de ser. Son muy pocos los que comprenden al Cristo palpitando en el Nazareno, pero no lo comprenden porque no saben amar, y de esa misma manera no conocen al Cristo al amor de Dios palpitando en el interior de cada hermano suyo, ni siquiera con el pequeño reflejo divino y natural con que una buena madre ama a su hijo. Quisiera explicártelo de manera que lo entiendas y no te confunda. Por ejemplo: El Cristo es el amor de Dios, que se irradio o se manifestó en el cuerpo corpóreo de Jesús el nazareno, pero ese Cristo no era Jesús ni tampoco era Dios, el amor de Dios es simbólicamente hablando, como el amor de madre con su hijo, el amor de madre es un sentimiento positivo, sublime, espiritual hacia el hijo amado, pero ese amor no es ni la madre y el hijo, es de ella, pero no es ella. Por tal razón al biblia reconoce a lo que están en contra del amor de Dios como anticristos, si fuera refiriéndose a los que rechazan la doctrina de Jesús debiera llamársele anti-Jesús, pero no es así. La biblia lo reconoce como anti-Cristo, los que actúan en contra del amor de Dios mismo, manifestado en Jesús. En ocasiones me resulta risible escuchar a muchos cristianos manifestando a los cuatro vientos que conocen a Jesús, y no se conocen  así mismo, porque no saben amar, porque no son corresponsales de manifestar a los demás ese gran amor cuyo legado nos dejos el nazareno y que está de igual manera dentro de nosotros mismos. El anticristo posiblemente no surja del mar como lo visualizo Juan, el anticristo está surgiendo del mar de nuestros corazones, de nuestra ignorancia, de nuestro fanatismo y del mar de nuestras propias maldades.


Amad a vuestros prójimos como a vuestros propios hijos y entonces comenzaremos a conocer a Jesús, si ama a nuestros hermanos lo comenzara a sentir y a reflejarlo, porque quien lo siente, ineludiblemente tiene que reflejarlo. Por tal razón la mayoría de la humanidad de todas las tribus y razas constantemente ha vivido buscando ese rayito de luz, de esperanza  que calme nuestras penas y ansias íntimas, porque en nuestra profunda angustia, nuestra conciencia tiene el recuerdo de nuestro creador, del Cristo, que es el amor de Dios en cada uno de nosotros que siempre ha estado con nosotros, que siempre no ha cesado de buscarnos, ese es el Cristo interno, nuestra divina presencia Yo Soy.

No hay comentarios: